La historia de la Casa de Tucumán




Casa Histórica de la Independencia
Casa de Tucumán

Historia
La casa de Francisca Bazán de Laguna

La casa original fue construida durante la década de 1760 por el comerciante Diego Bazán y Figueroa, para ser otorgada como dote al matrimonio de su hija Francisca Bazán con el español peninsular Miguel Laguna. Este matrimonio tuvo extensa descendencia, y durante algún tiempo vivieron en la casa más de quince personas.


Era una edificación de estilo señorial, con una entrada de tipo zaguán, flanqueada por dos habitaciones, que dan a un primer patio, rodeado de habitaciones por sus cuatro costados. A continuación se hallaban tres salones principales, luego un segundo patio, para seguir un tercer grupo de dependencias, destinadas al personal de servicio. Fuera de las decoraciones aplicadas a paredes y aberturas, el edificio carecía de todo ornamento, con la única excepción de las molduras ubicadas a ambos lados de la puerta principal, representando columnas salomónicas.

En la época de la Revolución de Mayo, la casa pertenecía a los descendientes de Francisca Bazán, y era ocupada por Pedro Antonio de Zavalía, casado con Gertrudis Laguna y Bazán. Otro de los dueños habría sido Nicolás Laguna, otro hijo de Francisca Bazán. No ha quedado registro de la fecha en que esta casa fue alquilada por el gobierno revolucionario, que la ocupó como cuartel para oficiales y tropa, por lo menos en los meses que siguieron a la Batalla de Tucumán.


Permanecía en manos del Estado en concepto de alquiler cuando fue asignada para las sesiones del Congreso de Tucumán, que funcionó en ella entre marzo de 1816 y enero del año siguiente. Para la mayor comodidad de las sesiones, se derribó una de las paredes interiores que dividían dos de las tres salas ubicadas entre el primer y segundo patios; el salón así ampliado presenció la solemne declaración de independencia de la Argentina el 9 de julio de 1816.



La casa estaba edificada sobre la Calle del Rey. El Congreso decidió cambiarle el nombre a la misma, y le adjudicó el que hoy lleva, de Congreso.

Decadencia y casi total demolición


Tras el traslado del Congreso a Buenos Aires, la casa fue destinada a diversos usos, y devuelta a sus propietarios en algún momento de la crisis conocida como la Anarquía del Año XX. Pasó a ser propiedad de Carmen Zavalía, casada con su tío Pedro Patricio Zavalía. Su estado parece haber sido ruinoso, por lo que los esposos Zavalía demolieron las construcciones del segundo patio, recontruyéndolas en un estilo más moderno.


Años más tarde, la casa albergaba a dos mujeres solteras, tataranietas de su primera propietaria. En 1869, con el objetivo de llamar la atención de las autoridades en la conservación del edificio, aprovecharon la presencia en Tucumán del fotógrafo Ángel Paganelli, para tomar algunas fotografías del mismo. Entre ellas, tuvo especial importancia una única fotografía del frente del edificio, que se muestra en estado bastante ruinoso, pero conservando en buen estado los detalles arquitectónicos. En la foto aparecen el conductor del carro que llevaba la máquina de fotos de Paganelli y su hijo, sentados frente a la casa.​





En 1874, la casa fue definitivamente adquirida por el estado nacional, que la destinó a edificio de Correos, anexándole posteriormente el servicio de Telégrafo. El lugar fue sede de las primeras manifestaciones de conmemoración de la Declaración de la Independencia, que comenzaron durante los años 1880. En 1893 se realizó una conmemoración masiva, con representantes estudiantiles llegados de distintas provincias.

No obstante, el gobierno no realizó contribuciones al mantenimiento de la casa hasta el año 1903, en que se vio obligado a demolerla casi por completo, debido a su pésimo estado de conservación. Sobre la calle Congreso se edificó la sede de Correos de la Nación y la sede del Juzgado Federal de Tucumán, de estilo renacentista y coronado con las imágenes de dos leones acostados.



La única parte del edificio que fue salvada de la demolición fue el Salón de la Jura de la Independencia. En el año 1904, por orden del gobierno nacional, éste fue cubierto por un templete o pabellón de ladrillos, con abundantes estructuras de hierro y vidrio, de estilo Art Nouveau.​ En ese templete, el gobernador Ernesto Padilla presidió los festejos del primer centenario de la Declaración de la Independencia.

Últimos años


El 9 de julio de 1947, el presidente Juan Domingo Perón declaró en este solar la Independencia Económica de la Argentina, con motivo de la cancelación total de la deuda externa del país.

En 1971, se produjo el único ataque a su integridad, cuando un grupo de cuatro guerrilleros de la agrupación Montoneros ocupó brevemente el edificio y dañó sus paredes interiores con pintura en aerosol.


En 1976 fueron adquiridos los terrenos colindantes con la Casa Histórica del lado norte, con el objeto de edificar allí algún tipo de edificio auxiliar del Museo. Los proyectos no se concretaron, y años después se liberó ese espacio al uso público con el nombre de Plaza de los Congresales.



En la década de 1990 se realizaron algunas obras de mantenimiento importantes, especialmente la limpieza de casi todas las tejas y el reemplazo de las que estaban rotas. En 1996 se cambió el color de las de puertas y ventanas de madera a azul, de acuerdo con una investigación histórica realizada por la Dirección Nacional de Arquitectura que comprobó, gracias a documentación encontrada, que en 1816 el Estado provincial compró pintura de ese color para ese propósito, y además lo comprobó mediante verificaciones por cateos en las puertas del salón de jura.

Actualmente la Casa de Tucumán funciona como museo y es centro tradicional de los festejos por la Declaración de la Independencia. El museo consta de nueve salas de exposiciones, en las que se exhiben muebles y vestuario de época, una reproducción ajustada a la disposición del mobiliario durante las deliberaciones, mapas y cuadros, una reproducción de la edición manuscrita del Acta de la Independencia.


Fuentes
Wikipedia casa de Tucumán

Juan Carlos Miraball y Patricia Fernández Murga (2012). Comisión Directiva de la Asociación de Amigos de la Casa Histórica de la Independencia, ed. La Casa. La Historia. Tucumán.


José Nuno y Juan Paolini (2016). La Casa de la Libertad, tesoro del Bicentenario. Tucumán.


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